Direct to Consumer, D2C: de la huerta a la mesa

Una de las numerosas subáreas del marketing es el análisis de los modelos de venta. En los últimos años esta área ha ocupado una buena cantidad de titulares relacionados con las tendencias en marketing y comunicación debido, en gran medida, al auge del Direct to Consumer.

El horizonte de la pandemia ha acrecentado lo que ya estaban percibiendo las marcas, que resulta muy ventajoso construir nuevos canales de venta directos con sus consumidores. Tanto las grandes compañías como artesanos y pequeñas empresas de productos básicos encuentran en el D2C una oportunidad.

¿Qué es el Direct to Consumer?

El Direct to Consumer o D2C es un modelo de marketing que elimina los intermediarios de distribución y venta, conectando directamente al productor con el consumidor. El D2C no necesita recurrir a vendedores externos, sino que conecta con los clientes a través de su propio sistema de ventas, ya sea una e-commerce o un punto de venta físico.

Los ejemplos más antiguos de este modelo los encontramos en ciertos casos de venta por catálogo como Avon o Mary Kay pero también, en las prácticas más locales de venta de productos frescos o a granel.

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El Direct to Consumer como tendencia beneficiosa para la sociedad

Cooperativas de productos alimentarios, pequeños productores de frutas y hortalizas y artesanos están viendo en esta forma de venta directa desde sus huertas, campos o explotaciones agrícolas hasta compradores individuales una forma de aumentar sus beneficios.

Aparte del factor económico, en el caso de los productores agrarios, el D2C hace posible el consumo sostenible, local y de temporada, que en muchos casos también es ecológico.

Al haber menos intermediarios hay menos carga en el precio que paga el consumidor y los productores reciben un importe mayor y justo por su trabajo. Un win to win que además repercute favorablemente en el medioambiente ya que al haber menos transporte mercancía, hay una menor huella de carbono.

Aprender a través de la relación con el cliente

Muchos agricultores que hasta ahora dependían de las superficies comerciales pueden ser más independientes y tener un trato cercano con quienes se llevan el fruto de sus huertos a sus cocinas.

Con el D2C los productores cumplen con una misión didáctica: explicar qué consumir en cada temporada y evitar el desperdicio de alimentos. A la vez, ellos pueden observar qué productos funcionan mejor y ajustar la producción.

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Una tendencia que ha llegado para quedarse

El último informe sobre tendencias digitales publicado por IAB Spain deja claro que el e-commerce es la nueva normalidad incluso para sectores como la alimentación, que parecían más alejados de la tendencia.

La creación de e-commerce intuitivos y el apoyo de las redes sociales hace que sea más cómodo que nunca comprar frutas y verduras desde dispositivos digitales. Una práctica que ahorra tiempo y respeta al planeta.

En el vínculo que se crea entre vendedores y compradores surge un espacio idílico para que los primeros afiancen su marca y sea percibida desde la cercanía que tan necesaria es en el sector de la alimentación.

La agricultura y la producción artesanal son artes milenarias que gracias a la digitalización, vuelven a conectar con los consumidores.

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Isabel López

Experta en transformación digital para marcas que quieren triunfar. La rapidez y la capacidad de adaptación al entorno es lo que asegura la supervivencia. También de las marcas y los negocios.

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